65. NO PUEDES ESCAPAR DE MÍ
AVA
El pensar de nuevo en Greyson me apretaba el corazón y por la noche era peor.
Un día sentí tanto dolor que pensé que moriría en el acto, y esa maldita marca quemó como un hierro candente.
Desde ese momento, lo extrañaba aún más; Saphir estaba inquieta todo el tiempo que permanecía despierta.
—¡Ava!
El llamado del Beta me hizo levantarme como un resorte de atrás de mi escritorio.
Caminé con mis bailarinas resonando en las baldosas hasta entrar en la oficina del Alfa.
El hombre de cabello oscuro me recibió desde su silla.
—La construcción de la presa tuvo un problema grave, necesito que vayas a supervisarlo con urgencia —me dijo el Beta.
Estaba a cargo de la manada porque el Alfa y su Luna se habían ido de vacaciones unos días.
—¿Es ese proyecto que me asignó el Alfa?
—Ajá, ese mismo. Necesito que salgas hoy, no puedes regresar hasta que esté solucionado —me ordenó con tanta seriedad que comencé a sudar frío.
No entendía un comino sobre la construcción de presas.
Solo sabía que era