Ir de compras era una actividad que tenía mucho tiempo que no realizaba. La última vez había sido aquella tarde en que Alek la había acompañado a surtir la lista de prendas que Natasha le había recomendado para su viaje a Mónaco.
Aunque la verdad, toda la ropa que Alek le había patrocinado, eran conjuntos que ella no se pondría en la vida cotidiana. El objetivo había sido seducir y conquistar a Dmitry y claro que lo había logrado gracias a esa ropa y por supuesto los consejos que aquella joven y bella mujer le había dado, ciertamente le debia su felicidad.
Llegar en un auto último modelo, con un chofer y varios guardias alrededor, fue para Sarah algo vergonzoso. Todo el mundo la miraba con curiosidad, murmuraban a su alrededor y aunque era demasiado incómodo para ella, de igual forma tuvo que adaptarse porque de negarse a ser vigilada y ordenarles irse de su lado, significaba un regaño seguro por parte de su esposo, así que si quería estar tranquila con él, debia aceptar que esos hom