-Christinita, ¿dónde andas? Vine a visitarte y no estás.
-Estoy con mi novio, ¿por qué? ¿Pasa algo?
-No, no, es que tu madre está con sus amigas en la casa y me mandó de paseo para estar a sus anchas. Ya sabes que eso casi nunca pasa y con tal que se relaje, la complazco. Iré a casa de alguna de mis hermanas entonces.
-Ok papá, te quiero mucho. Cuídate, me avisas cualquier cosa.
Santiago, al ver el rostro consternado de su novia, le preguntó qué ocurría, esta le contó sobre su padre, por lo que él resolvió decirle que lo llamara y lo invitara a comer con ellos.
-Anda llámalo, así aprovecho y lo conozco de una buena vez.
-¿Seguro?
-Voy a terminar pensando que no quieres que lo conozca. Tú ya conoces a toda mi familia.
-¿Qué? ¿Estás loco? Claro que no. Ya voy a llamarlo.
El padre de Christina se lo pensó dos veces y tras la insistencia de su hija, decidió aceptar la
invitación. Llegó cinco minutos después, lo que le tomó dar la vuelta a la manzana. Santiago vio llegar a un hombre alto