Tilza quiso abofetearla, pero Christina le sostuvo la mano y la empujó con fuerza hasta hacerla caer sentada en un sofá.
-Quédate ahí, Tilza. No quiero oírte más, desde hoy dejo de ser tu hija.
-¡Cómo me arrepiento de haberte tenido! La peor decisión de mi vida fue quedarme
embarazada de ti por complacer a tu padre. Eres la peor hija del mundo.
-Para ti, para mi papá soy lo mejor -respondió Christina sarcástica, aunque por dentro quería llorar-. Fíjate, me lastimaste y te dejó. Yo siempre voy a estar primero para él, nos tenemos el uno al otro. ¿Tú a quien tienes, Tilza? ¡Ni amigas de verdad tienes!
Tilza la miró afectada con los ojos húmedos por la rabia y a Christina se le arrugó el corazón. Le dolía lastimarla, porque en el fondo, le costaba ser mala como ella, era de corazón bondadoso como su padre.
-Mamá. -La llamó de esa manera sin percatarse-. Yo... yo no quiero tratarte así, pero...
-¡¿Entonces por qué lo haces?!
-Porque te lo has ganado con esa forma de ser prepotente, altane