126. Poder reclamado
—Está sospechando —murmuró Isabella cuando estuvieron solos, su voz apenas audible sobre el susurro del viento entre las hojas.
—No solo sospecha —respondió Nathan, terminando de un trago el whisky que había permanecido intacto durante toda la conversación. El líquido le quemó la garganta, proporcionándole un ancla a la realidad—. Está preparando algo.
Isabella se acercó y se recostó contra él, su cabeza encontrando lugar en su hombro. El peso de su cuerpo sobre él lo llenó de renovada determinación.
El perfume de su cabello lo envolvió: jazmín y sándalo, una nota familiar que se mezcló con el sabor a whisky en su propia lengua. El viento nocturno trajo consigo un susurro de hojas, como si la naturaleza misma conspirase con ellos.
La luz tenue que se filtraba desde la casa esculpía su perfil delicado, esa máscara de suavidad que ocultaba su fortaleza. Su pulso vibraba en la curva de su cuello, un latido apenas perceptible para cualquiera, excepto para él.
Suya. Y dentro de ella, la pr