Capítulo: El eco de una traición
Londres amanecía cubierto de un velo gris cuando Stephen apoyó la frente contra la ventana del hospital, viendo el reflejo cansado de sí mismo. La noche había sido larga, cargada de suspiros, de silencios densos, de pensamientos que se enredaban como hiedra en su mente agotada.
Había pasado horas junto a la cama de su madre, vigilando su respiración pausada, sus gestos adormecidos. Cada tanto, Margaret abría los ojos, susurraba su nombre con voz débil y le apretaba la mano, como si temiera que se le escapara.
Stephen no podía evitar sentir una punzada amarga en el pecho.
¿Por qué ahora? ¿Por qué justo ahora, cuando su vida con Joselín estaba a punto de comenzar?
—Tenés que ser fuerte, Stephen —se dijo a sí mismo en voz baja—. Por papá. Por Emily. Por todos.
Alzó el celular y, como un reflejo natural, marcó el número de Joselín.
Ella atendió casi enseguida, como si hubiera estado esperando su llamada.
—Amor... —susurró él, apenas conteniendo el temblor