Capitulo:Una promesa más
La brisa marina soplaba suave aquella tarde, acariciando los rostros de los cuatro amigos que estaban sentados en la arena, viendo cómo el cielo comenzaba a pintarse de tonos dorados. Habían improvisado una fogata sencilla con maderas secas, rodeándola con piedras y risas. Joselín y Paula preparaban unos chorizos para tirar sobre las brasas, mientras Mateo acomodaba las carpas y Stephen traía las cervezas.
Era una noche especial. No por el lugar, ni por la comida, sino por lo que significaba: un viaje que había tardado años en concretarse. Un viaje que había sido promesa. Y que ahora, cumplido, se convertía en un recuerdo que atesorarían por siempre.
—Bueno —dijo Mateo, de pronto, mientras sostenía su botella—. Ya que estamos los cuatro... tengo una pregunta.
—Ay, Mateo... —suspiró Paula, divertida—. ¿Ahora qué vas a inventar?
Mateo se rió y le tomó la mano.
—No invento nada. Solo quiero que pongamos la fecha.
—¿Fecha de qué?
—De nuestra boda Pau.
Joselín so