Capítulo 8

¿Que debía hacer? ¿Obedecer a lo que Leroy me dijera? Siempre me gustó obedecer las reglas pero ahora... ¿Que pasaba conmigo? 

—buenos días Amelie —Leroy entro a mi habitación y yo cubrí mi cuerpo nerviosa pues hace 2 minutos había salido de la ducha. 

Mis mejillas se sonrojaron sin poder evitarlo. 

—¿no sabes tocar? Estoy por cambiarme —dije enfadada.

—no necesito pedir permiso para entrar, eres mía —dijo en tono posesivo. 

Desde hace 2 días Leroy no me dirige la palabra y ahora parece como si nada hubiera pasado. 

—¿se te ofrece algo? —pregunte cortante.

—baja en 10 minutos tienes visita —y sin más salió de mi habitación. 

Sonreí sin poder evitarlo, pues sabía de quienes se trataban ¡mi familia! Ellos podrían sacarme de este lugar y empezar de nuevo en otro lugar, me vestí rápidamente y salí de mi habitación corriendo. 

—Amelie espera —dijo Dax mirándome nervioso.

—¿que pasa? —pregunte preocupada.

—solo queria desearte suerte —dijo el con una pequeña sonrisa.

—gracias Dax —dije dándole un abrazo. 

Sabía que quería decirme algo más pero no tenía tiempo para esto, solo quería ver a mi familia, baje las escaleras y entonces ahí estaban ellos, mirándose entre si preocupados y ansiosos. 

—Amelie —mi madre me miró con alivio y corrió a abrazarme y yo le devolví el abrazo con más fuerza.

—los extrañe, te extrañe mamá —dije con voz rota. 

Un nudo se formó en mi garganta al ver a mi familia, los había extrañado demasiado. 

—será mejor que vayan a mi oficina para más privacidad —dijo Leroy caminando frente a nosotros. 

Mi familia siguió los pasos de Leroy y llegamos a su oficina, Leroy salio minutos después pero sabía que en cualquier momento volvería a aparecer. 

—mamá por favor no quiero estar aquí —dije desesperada. 

No quería seguir en esta mansión. 

—es el lugar más seguro Amelie, nosotros tampoco queremos que estés aquí pero no tenemos otra opción —Jack se posiciono frente a mi y acaricio mi mejilla con delicadeza mientras sus brazos me abrazan de manera protectora.

—te extrañe mucho pequeña —dijo el con nostalgia.

—yo también te extrañe, perdóname por lo que pasó en el bosque —dije culpable.

—no seas tonta, eso no fue tu culpa —interrumpió Ivonne.

—así es, Ivonne tiene razón eso no es tu culpa —Jack e Ivonne me miraron fijamente pero podía ver que algo les preocupaba. 

¿Sería algo sobre mi? ¿O sobre los demás lobos? 

—¿Leroy te a hecho algo? —pregunto Jack con sus manos convertidas en puño.

—no, pero no me agrada ni el, ni nadie de este lugar, ¡por favor quiero ir con ustedes! —supliqué con lagrimas en mis ojos. 

Pequeñas lágrimas salieron y resbalaron por mis mejillas pues extrañaba a mi familia, solo quería mi vida de vuelta y Leroy no dejaría que eso pasara, me mantendria aquí como su prisionera. 

—vamos Amelie, no llores por favor —pidió Ivonne con una débil sonrisa.

—no soporto más estar aquí, si ustedes no me ayudan lo haré yo misma —amenaze. 

Convertí mis manos en puño y los mire fijamente, ellos parpadearon sorprendidos y se miraron entre si, discutiendo con la mirada. 

—Susan mi beta necesita hablar con ustedes un momento —Leroy entro a la habitación de repente y yo limpie mis lágrimas rápidamente. 

Tense mis músculos y camine detrás de Jack suplicando internamente que Leroy me dejara ir. 

—Amelie —Leroy sujeto mi mano firmemente y yo maldije mentalmente. 

Jack le dedico una mirada penetrante a Leroy pero el no pareció darle importancia. 

—volveremos pronto Amelie —dijo Jack y después salio de mi campo de visión. 

Leroy cerró la puerta y puso el seguro segundos después, trague saliva nerviosa e instintivamente retrocedi temerosa. 

—sabes Amelie, e tratado de ser muy paciente contigo pero llevas mi paciencia al límite —Leroy con un movimiento rápido llego a mi lado y me sujeto con sus fuertes brazos.

—no se de que hablas —dije nerviosa.

—entiendelo de una ves Amelie, jamás dejaré que te marches de mi lado, me perteneces —dijo el sujetando mi rostro con sus fuertes manos. 

Pasó su nariz por mi cuello y yo jadee en respuesta pues la presencia de Leroy me aturdia totalmente, su aroma varonil era único y embriagante. 

—¿que me estas haciendo? —pregunté asustada.

—deja de resistir Amelie, no puedes evitarlo —susurro el con su voz seductora. 

Sentí como sus colmillos de lobo rosaban mi clavícula y sentí un cosquilleo por todo mi cuerpo. 

—mía —sentenció. 

Y entonces paso lo que jamás pensé que haría... Unió sus labios con los míos, sus labios húmedos invadían mis sentidos y yo sin poder evitarlo respondí su beso, nuestros labios bailaban una danza sensual y erotica haciéndome caer en un agujero sin fin, su lengua experta entró en mi boca y acaricio lentamente lo que estába a su paso. 

Sentía un cosquilleo por todo mi interior y una descarga de adrenalina que jamás había sentido, Leroy sujeto mi cuello profundizando más nuestro beso y yo rodee su cuello con mis manos atrayendolo más hacia mi, quería más... Necesitaba más. 

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