Manuel procedía según el protocolo.
—Mateo...
En ese momento, Paula extendió la mano y tiró de la manga de Mateo.
—No podemos dejar que mamá sepa de esto, se enfadará.
Paula conocía demasiado bien el temperamento de Fabiola. Si no fuera porque temía que Fabiola descubriera que había escrito una carta de amor a Tadeo, jamás habría molestado a Mateo para que viniera a recogerla a la escuela. Si Mateo no hubiera venido, no habría ocurrido toda esta reacción en cadena.
Mateo estaba envuelto en un aura tensa, sin decir palabra. A Ana no le importaba en absoluto. Tadeo se encontraba en la misma situación; después de todo, él había defendido a Ana, y aunque alguien de su familia viniera a sacarlo bajo fianza, nadie lo regañaría.
—Señorita Vargas —Manuel dirigió su mirada hacia ella y, conociendo su situación, añadió—: Puede llamar al señor Urquiza para que venga a recogerla.
Señor Urquiza, Gabriel.
Mateo no soportaba oír ese nombre. Al escucharlo, no pudo evitar recordar lo que Ana había dich