¿Buscar su cuerpo? Ana buscaba el cuerpo de Gabriel.
Mateo, al escuchar esto, perdió completamente la razón y golpeó la pared con el puño. Ignorando el dolor punzante en su mano, le preguntó a Ana entre dientes:
—¿Te acostaste con Gabriel?
Sin esperar la respuesta de Ana, Tadeo, que había regresado con el teléfono para buscarla, apareció corriendo de repente. Sin mediar palabra, le propinó un puñetazo directo en la cara a Mateo.
—¡Mientras yo esté aquí, no te atrevas a molestar a Ana!
El joven, alto y fuerte, siempre haciendo deporte, golpeó con tanta fuerza que partió el labio de Mateo. El dolor fue tan intenso que hizo que Mateo se olvidara de todo lo demás. Inmediatamente se enzarzó en una pelea con Tadeo.
Paula se levantó torpemente del suelo, queriendo separarlos pero temiendo salir lastimada. Entonces miró con furia a Ana.
—¡Ana, detenlos de una vez! ¡Están peleando por tu culpa!
«¡Menuda causante de problemas! ¡En la antigüedad la habrían castigado por esto!», pensó Paula, sinti