Contando esta vez, Milena solo había tenido dos relaciones.
La primera terminó con una infidelidad.
Pensaba que la segunda no seguiría el mismo camino, pero quién iba a imaginar que el dolor se duplicaría.
Usando el pretexto de acompañar al jefe en compromisos de negocios, contrataba acompañantes a escondidas.
Qué asqueroso.
¡Demasiado asqueroso!
Con una sensación de náuseas, Milena se inclinó y comenzó a tener arcadas.
Luis extendió la mano para ayudarla, pero Ana, rápida y precisa, le dio una bofetada.
El hombre retiró la mano con dolor.
— ¡¿Qué haces?!
Ana le lanzó una mirada que lo decía todo.
Mateo finalmente entendía lo que estaba pasando.
Su asistente temporal, usando su nombre como excusa, contrataba a acompañantes en el karaoke a espaldas de su novia.
Al ser descubierto in fraganti, decía que era Mateo quien las había buscado.
La sonrisa de Mateo se volvió fría mientras se acercaba. — Luis, a partir de ahora, no hace falta que vengas a trabajar.
Aunque las habilidades de Luis