Rebeca se quedó sin palabras.
Se sintió un poco avergonzada, pero no excesivamente incómoda; al fin y al cabo, ya llevaban casados muchos años, y las veces que hicieron el amor en los primeros años no fueron precisamente pocas.
Sin embargo, durante todos los años de su matrimonio, siempre había esperado que Logan se enamorara de ella.
Pero nunca le había seducido deliberadamente.
Se le había pasado la idea por la cabeza, pero no creía que funcionara con él.
Así que, normalmente, el pijama que llevaba en casa era básicamente un conjunto sencillo de dos piezas.
La camisa de pijama que llevaba ahora era bastante ancho y largo, e incluso sin pantalones, no era especialmente revelador.
Era consciente de que no tenía ningún deseo de seducirle deliberadamente.
Aun así, ella le explicó para evitar cualquier malentendido por su parte: —Es que se me olvidó agarrar los pantalones...
Rebeca pensó que, con su blusa holgada y larga, no era muy reveladora aun sin los pantalones.
Pero olvidaba que ten