Capítulo 96
Después de desayunar, Rebeca empezó a hacer la maleta de ropa y otras provisiones para llevar al balneario.

Pero ella solo empacó lo suyo.

No tocó la de Logan.

Después de todo, Logan, aunque era su marido de nombre, no era su hombre.

Ahora era el hombre de Natalia.

Probablemente no le haría gracia que ella tocara sus cosas.

Y a ella tampoco le entusiasmaba tocar sus cosas.

Juliana se hizo cargo de la maleta de Carolina.

En el pasado, se habría preocupado de hacerlo ella misma, e incluso si Juliana se las hubiera empaquetado, habría tenido que volver a comprobarlo por ella.

Pero ahora, tras recoger sus cosas, se limitó a arrastrar su pequeña maleta escaleras abajo, sin preocuparse por la de Carolina.

Después de esperar abajo un rato, Carolina y Logan y los demás bajaron también.

Cuando llegaron al Mainwy Spa, Logan se fue a algún sitio a hacer una llamada, y Rebeca estaba en su habitación ordenando su ropa cuando entró la anciana, le entregó una caja y le susurró: —Aquí tienes el traje
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