Se lo decía a Rebeca, pero miró a su nieto.
Este, poco impresionado, pero sin necesidad de que la anciana le insistiera más, se encargó de llenar el plato a Rebeca.
Rebeca: —Gracias.
La anciana añadió que había traído un montón de ingredientes tonhificantes para ellos, y que después de cenar, le prepararía a ella y Logan una buena sopa tonificante.
Rebeca no pudo negarse, así que asintió con la cabeza.
La anciana vivió un tiempo en Yukeanse de joven y de allí aprendió a cocinar una buena sopa, y después de cenar, enseñó personalmente al chef a que les hiciera un caldo tonificante a Rebeca y a Logan, y Rebeca intentó entrar a ayudar, pero Esperanza la echó de la cocina.
Y tuvo que sentarse en el sofá.
Carolina y Logan estaban allí.
Uno de ellos estaba con el celular y el otro jugaba con su rompecabezas.
Todo fue silencioso.
En ese momento, Cristian le buscó por algo, y ella leyó lo que le había enviado y le devolvió el mensaje enseguida.
Estaba tan ocupada que ni siquiera se dio cuenta