Y era ese tipo de droga.
Pero Logan tenía conocimiento sobre medicinas y se dio cuenta, entonces seguramente no se tomó la sopa.
Rebeca no esperaba que la anciana fuera a hacer eso.
Frunció el ceño y antes de que pudiera decir nada, la anciana suspiró disgustada: —A veces no es bueno tener un nieto tan listo. Ay, solo quiero otro bisnieto, Rebeca, si tienes tiempo, esfuérzate más con Logan, ¿vale?
Rebeca no supo qué decir.
Claro que no vale.
Aunque Logan le había prometido hacerle un favor, sabía que ya no había ninguna posibilidad de que ella y Logan siguieran juntos.
Lo de anoche habría tenido consecuencias horribles si hubiera tenido efecto con Logan.
En cuanto a tener otro hijo, era aún más imposible.
Estaba pensando en ello cuando Carolina bajó también.
Verla, pensar en su adoración y cariño por Natalia, sintió más indiferencia.
Logan se sentó a su lado en el desayuno.
Pero ninguno de ellos inició la comunicación.
Ayer fue Rebeca la que llevó a Carolina al colegio, hoy Carolina le