—Valentina Scott Soré—
Llega la mañana y estamos con Ethan abrazados, bueno en realidad el me tiene aprisionada entre sus brazos y piernas...
¿Pensará que lo dejaré? jajaja. Se ve tan lindo durmiendo, lo miro y no me canso de admirarlo, pero el deber es el deber y hoy tengo dos cirugías agendadas. De repente me doy cuenta que me quedé acá en su habitación.
¿Y si Thomas nos vio? ¡No! que vergüenza.
—Ethan… Ethan, despierta.
—Cinco minutos más amor, por fis.
—Nada de cinco minutos señorito, tengo que operar y pacientes que ver.
—¡Ya va!—Trato de soltarme y él me aprieta más.
—Vamos Ethan, suéltame.
—No quiero.— Entonces comienzo a hacerle cosquillas—No, no, jajaja Val para, para que no aguanto.
—Jajaja suéltame ya y te dejo.
—Eres muy mala conmigo.—me hace un puchero de niño regañado y yo muero de amor, pero no lo dejo, el deber es el deber.
—¿A si?—Vuelvo con mi ataque y lo hago reír a carcajadas.
—Está bien, está bien, pero me la debes futura señora Scott.
—¿Qué?—inquiero sobresaltada