-Valentina Soré -
Lo que me acaba de pasar con Ethan ha sido un verdadero ataque a mí autocontrol. ¿Cómo puede pensar que me gustó verlo dándose placer mientras otra chica lo estimulaba? ¿Qué se cree? Es que Uff, es un verdadero patán.
Hui despavorida de ese lugar, en mi vida había visto a hombre darse placer de la forma en que lo estaba haciendo Ethan, las veces que estuvimos con Ricardo y él quiso llegar a más no lo dejé y él solamente había llegado a restregarse en mi cuerpo, la verdad era una neófita en el tema del sexo. Obvio que sabía por las clases de anatomía en la facultad y por más de alguna revista o película que había visto en YouTube, no soy santa, pero ni siquiera me he tocado o bueno sí, pero nunca lo había necesitado o algo así. Estaba dándole duro al saco de boxeo mientras la imagen de ese descarado libidinoso no se iba de mi cabeza. -¡ARGH! -Val ... oye Val... -escuché la voz de ese animal del sexo detrás de mí y sentí como se me paralizó el corazón. -E...Ethan... disculpa, lo siento, yo... yo debí. -¿Qué m****a me pasa? parezco tartamuda delante de este energúmeno. -Lo siento Val, creo que no fue la mejor forma de que me vieras, pero debiste haber tocado la puerta antes de entrar. -En eso tiene razón, pero Rosita me dijo que Ethan estaba viendo unos informes que había mandado el doctor George e imaginé que podían ser de mis pacientes por eso fui a la biblioteca. -Si, si, ya te dije que lo siento y te pedí disculpas, ahora ¿me puedes dejar sola? -respondí en automático, quería que saliera de aquí, el aire se espesaba mientras el mal nacido este, se acercaba a mí como una pantera tras su presa. -¿Te gustó lo que viste Val? -estaba pegado a mi cara, me tenía atrapada a la muralla y de los nervios no me puedo mover. -¿Qué dices Ethan? Yo...yo no te vi... -No te hagas la santa, sé que me viste -me dijo al oído, para luego lamerlo, mi cuerpo se sintió febril, mi entrepierna se estaba humedeciendo y nuestras respiraciones se tornan irregulares, su cuerpo se aferraba al mio dejando sentir su miembro rozar mi vientre. Estábamos a punto de besarnos cuando sonó su celular y ahí me di cuenta de lo estúpida que soy al pensar que él se pudiera interesar en alguien como yo. Debe haber pensado que se sacaría el gusto que le quité con su amiga aquí conmigo. Con toda la dignidad del mundo lo tomé por la camiseta y de la nada lo moví rápidamente para escapar nuevamente de este bochorno. -Contesta Ethan, debe ser tu amiga que quedó insatisfecha. -le dije para salir corriendo hacia mi habitación. Algunos días después de ese mal momento, he rehuido de todas las maneras posibles de Ethan, sólo le he hablado lo justo y necesario para comentarle los avances en el estado de salud del señor Stuart, pero por desgracia a Adam se le ocurrió la genial idea de que debíamos tomar clases de defensa personal y manejo de armas por cualquier eventualidad. Díganme loca, pero soy pacifista, odio las armas y en cuanto a hacer eso de defensa personal me trae de la patada. Me vestí con unos leggins negros, un top deportivo, me hice una coleta larga calce mis zapatillas y me dispuse a salir de la habitación, cuando estaba en la puerta me encontré frente a frente con Ethan que venía saliendo del baño, con una camisa musculosa y shorts, traía una toalla en su cuello con la que se estaba secando las gotas que caen de su cabello, debía decir que era guapo el descarado. «Sal de ahí Val» me dijo mi conciencia y yo como buena niña le hice caso. -Buenos días, Valentina. -¿Qué... Valentina? jamás me había dicho así. -Buen día Ethan. -Le respondí molesta secamente, pero ¿qué le pasa? debe ser bipolar porque no le había hecho, ni dicho nada en todos estos días, en fin no me hice mala sangre, calme mis ánimos para lo que nos iba a enseñar el entrenador. Llegamos al gimnasio y me encontré con una hermosa visión, el guapetón de Jack con un pantalón deportivo apretadito a su cuerpo esculpido de Dios griego y una camiseta negra a juego, creo que me se me subió la temperatura dos grados y el pulso se me aceleró, es que este chico es uff. -Tierra llamando a Val -me gritó mi hermana a lo lejos... perdón, ¿Qué? ¿Cuándo llegó a mi lado? -. Hermana se te cae la baba, te estás pareciendo a Thomas, pero déjame decirte que te acompaño en tu baboseo. -¡Enana! -Chilla Thomas. -Ay baboso, bájale los decibeles a tus reclamos. -Hola, Jack -Ethan se acercó a él y le dio la mano, ambos se quedaron ahí viendo fijamente mientras los chicos discutían como locos y yo estaba pegada al piso como una estatua. -Joven Ethan, señorita Val, ¡chicos ya paren! -Él empezó. -Ella empezó. -Da lo mismo chicos, hoy no venimos a discutir su papá me ha pedido que hoy les apoye en su entrenamiento, ya sé que Jex y Lamas los han estado entrenando, así que hoy será algo así como una prueba para ver cómo van. -Eso es injusto Jack, ni con toda la fuerza del mundo podré derribar a alguno de los malandros seguidores de Andrea, soy demasiado pequeña y delgada. -gruñó molesta Alma, en ese tono dramático que da a entender que no va a hacer nada. -Pues eso tendrás que demostrarlo princesita, a mí no me vas a vender eso tan fácil. -definitivo, Jack es todo un conocedor. -Te pillaron enana. -Ya cállate baboso, Ash Dios, estos dos son insufribles...