-Valentina Soré -
Ha pasado una semana ya de la operación de Adam y, aunque aún no despierta, estábamos confiados en que pronto lo haría. Los resultados de sus exámenes han salido bien y su corazón late perfecto, sólo faltaba que abriera los ojos y volviera a ser ese ogro gruñón que enamoró a mi mamá.
En el hospital me trataban como a una heroína. Bruno y el doctor George han esparcido el comentario de que para ser una interna de primer año tuve la entereza y sagacidad de toda una experta, pero la verdad es que creo que se les pasó la mano, lo único que hice fue seguir lo que indicaba mi corazón y las ganas de salvarle la vida a Adam.
Hoy, estábamos haciendo ronda en el ala infantil de cardiología y mientras vemos a los pacientes me decido a preguntarle a Bruno por Dylan, desde que volvimos al hospital no le he visto por ninguna parte y ya me estoy preocupado.
-Bruno...
-¿Dime Principessa?
-¿Dónde está Dylan? -Una enfermera que estaba cambiando el suero de uno de mis niños nos miró co