—Valentina Scott Soré —
Que hermoso despertar. Veo a mi hombre como duerme en la cama, me muevo despacito para no despertarlo, se ve tan calmado y apetecible…
«Controla las hormonas Val»
Hago una nota mental para recordármelo. Me meto a la ducha para sacar el cansancio mental y físico de estos días, estoy muerta y en cierta forma lo entiendo, debe ser también estos cambios que tiene mi cuerpo gracias al engendrito que llevo a cuestas, mientras estoy bajo el agua toco mi vientre plano y le hablo.
—Hola mi pequeño engendro, hoy amanecimos bien y mami está feliz de que estés bien y sanito ahí dentro. —En eso siento como la puerta de la ducha se abre y entra mi amorcito con su cara aún de sueño, me abraza y besa suavemente.
—¿Por qué no me despertaste?
—Te veías muy bien descansando y no quise interrumpir tu sueño.
—¿Y perdernos de esto? —me toma en brazos y comienza a besarme.
— ¡Oh dios!
—Mmm no soy dios, pero me encanta que me lo digas.
Se siente tan rico cuando me está tocando y sus