Allegra despertó, Dante dormía profundamente a su lado. Al mirar por la ventana vio que el yate se estaba moviendo.
— Buenos días, dijo Dante besándola en un hombro la tomó de la cintura y tiró de ella.
— Buenos días, ¿a dónde vamos?, pregunto Allegra y lo beso.
— Solo sé donde me dirijo yo, comento Dante y la beso apasionadamente...
Una hora después Allegra se encontraba debajo de la ducha. Minutos después se sentó en la terraza privada a tomar su desayuno junto a Dante quien estaba muy concentrado en su ordenador.
— ¿A dónde vamos?, pregunto ella.
— Dame un segundo, dijo Dante. Termino de redactar un correo y lo envió. Cerró el ordenador y miro a Allegra.
—Lo siento era importante, vamos a nuestra casa, compre una hermosa casa en París.
— ¿ Viviremos en París?, pregunto Allegra sorprendida.
— De momento, tengo que ocuparme de algunos asuntos.
— ¿Y mis estudios?, pregunto ella.
Dante la miró.— Puedes estudiar en París, ya verás te sentirás como en tu casa. Le pediré a Mackenzie que