Capítulo 34. Juego de poder.
Más tarde en Londres…
Oliver cruzó el umbral de la mansión de Cambridge con el corazón latiendo aún con la calidez de los recuerdos compartidos con Blair en Oslo. Sin embargo, al instante, la atmósfera cambió. Las risas y los murmullos que llenaban el aire eran ajenos, y su sonrisa se desvaneció al ver a los extraños en la sala.
—Oliver, querido —dijo su tía Charlotte, acercándose con una expresión de preocupación. —Me alegra que hayas llegado. Quiero presentarte a nuestros invitados.
Los príncipes de Amalienborg se encontraban en el centro del salón, con una elegancia que desbordaba. Oliver tragó saliva, sintiendo que el nombre de Elizabeth Olsen resonaba en su mente como un eco persistente. Se acercó, tratando de mantener la compostura.
—Es un placer conocerlos —dijo Oliver, extendiendo la mano con cortesía. —Soy Oliver Campbell, sobrino de la condesa Charlotte.
La princesa sonrió, con sus ojos brillando de curiosidad.
—El placer es nuestro, Oliver. He oído hablar mucho de ti. Tu tí