Mundo ficciónIniciar sesiónLibro 1: Un Bebé Para Mi Ex: El Contrato Con El CEO. Libro 2: Casada Con El CEO. Es Solo Un Contrato ¿O Algo Más? Emily Sinclair, ve su vida desmoronarse cuando su esposo la obliga a firmar el divorcio. La pérdida de su bebé y la muerte de su padre, que deja a su familia en deudas, la empujan al abismo. Al descubrir la oscura verdad detrás de esas muertes, Emily toma una decisión audaz: ¡venderse para matrimonio con el despiadado CEO, Franklin Robinson, en busca de dinero y venganza! Franklin, un manipulador que vela únicamente por sus egoístas intereses, no tarda en atraer a Emily hacia una intensa y peligrosa atracción que la consume por completo. Sin embargo, cuando se entera de que está embarazada nuevamente, Franklin exige que se deshaga del bebé. Decidida a no perder a su hijo, Emily se enfrenta a un hombre que no conoce límites. ¿Podrá conquistar el corazón de Franklin, y lograr su venganza, o su matrimonio está condenado desde el principio?
Leer más✧✧✧ Extra 4: Cuando te perdí. ✧✧✧ La llovizna caía sobre los ventanales del salón principal. El funeral había reunido a políticos, empresarios y conocidos de la familia Harrington. Después de todo, Brandon Harrington, era hijo médico de una millonaria familia en Los Ángeles. Todos vestían de negro, todos hablaban en voz baja, todos aparentaban una tristeza que no sentían. Freddy Robinson permanecía de pie, a un lado del ataúd. Su postura era impecable, su expresión, inalterable. El traje negro a medida resaltaba la palidez de su piel y el tono gris metálico de sus ojos, fijos en la madera brillante donde reposaban los restos del amante de su esposa. A unos metros, Johanna Robinson sostenía un pañuelo entre los dedos. No lloraba. Los flashes de los fotógrafos iluminaban su perfil, el rostro tenso, los labios sin color. Cuando el sacerdote terminó de hablar, un murmullo recorrió el salón; algunos asistentes se acercaron a ofrecer condolencias a la familia Harrington.
✧✧✧ Extra 3: La promesa. ✧✧✧ Los años habían pasado, y la figura de Freddy Robinson había cambiado con ellos. Diecinueve años de perfección entrenada, de decisiones que nunca eran realmente suyas, habían moldeado al joven que caminaba por el pasillo del despacho de su padre. Sus hombros eran firmes, su cabello oscuro peinado con la misma precisión que Franklin le había enseñado, y sus ojos grises reflejaban una frialdad calculada, aunque en el fondo brillaba un leve destello de cansancio y madurez. Franklin lo observaba desde su sillón, como siempre. La diferencia era que ya no veía a un muchacho; veía a un hombre capaz de sostener el peso del apellido Robinson. —Freddy —dijo Franklin, con la voz grave, lenta—. Ha llegado el momento. Tu matrimonio será formalizado la próxima semana. No habrá discusiones. Todo está preparado. Freddy asintió con serenidad. Solo un leve movimiento de ceja, un gesto medido, exacto. La noticia no lo sorprendía; siempre había sabido que su vida esta
✧✧✧ Extra 2: La decisión que no es suya. ✧✧✧ El viento azotaba la vieja casona antes incluso de que Freddy bajara del vehículo. Las hojas secas crujían bajo sus pasos, y el aroma a tierra húmeda y pinos penetraban en sus pulmones. Franklin lo observaba en silencio, con las manos en los bolsillos, y sus ojos grises evaluándolo con precisión. —Hay cosas que un hombre debe ver, aunque no quiera —dijo al fin, con voz baja y firme—. Te he protegido de muchas. Pero ya no eres un niño. Freddy tragó saliva. Su cuerpo se tensó. Ese tono, ese silencio previo, siempre había sido el preludio de algo que cambiaría su mundo. Siguió a su padre por el camino de piedra que conducía a la entrada principal. La puerta de la casona se abrió con un chirrido largo y antiguo. El aire estaba frío, húmedo, con un leve olor a madera y cera. Tap~ Tap~ Freddy caminó unos pasos. En el salón principal, una luz tenue iluminaba el espacio. Una mujer estaba de pie junto a la chimenea; su cabello corto y
✧✧✧ Extra 1: El hijo perfecto ✧✧✧ Los reflectores iluminaban el escenario principal del salón de eventos. Las mesas estaban adornadas con centros de cristal, y el murmullo de los invitados se mezclaba con el sonido tenue de una orquesta. En el centro, un joven de traje negro y corbata azul oscuro sostenía un diploma. Freddy Robinson de diecisiete años. Cabello oscuro, rizado, perfectamente peinado, ojos grises que parecían calcularlo todo, mentón firme, postura recta. Los aplausos resonaron con fuerza. —¡Nuestro mejor estudiante del año! —anunció el presentador, mientras Freddy inclinaba la cabeza con una elegancia ensayada. Desde su balcón privado del salón, Franklin Robinson lo observaba en silencio, con los brazos cruzados, y su rostro imperturbable. Sus ojos grises penetrantes, y el cabello rizado, oscuro con algunas canas, perfectamente peinado, reflejaba años de autoridad. A su lado estaba Jack Smith, su guardaespaldas de confianza y asistente personal, que permanecía at
Queridos lectores. Esta novela ya se encuentra finalizada 🥰 Aunque el motivo por el que no la he cerrado aún, esque quiero hacer unos extras de los hijos en el mes de agosto. Ya que quiero dejar cerrada definitivamente la parte de Freddy y su madre biológica. 😊 Agradezco mucho el cariño y apoyo a la historia. Recuerden que pueden acompañarme en mis novelas. Luna Vengativa, ¡Tú Y Los Cachorros, Me Pertenecen! (en sus últimos capítulos). y mi nueva novela de CEOs ya disponible!! 🤩❤️🔥🔞 "Fin Del Contrato, CEO. ¡Dame El Maldito Divorcio!" (Pueden encontrarla en el buscador de la app o el menú de mi perfil de autora. Con actualización diaria) 🤗💚
✯ESPECIAL #12✯ TÍTULO: Luna de miel parte 4 (final). …………………………………………… Franklin la miró sin responder. Solo la alzó en brazos, y descendió con ella otra vez al agua cálida de la cueva. La sostuvo con fuerza contra su pecho mientras flotaban. Sus piernas se enroscaron alrededor de su cintura y él deslizó una mano entre ambos cuerpos, acariciándola con lentitud. —Mmm~ —Emily soltó un gemido suave contra su cuello. —Te amo, mi preciosa Emily… —susurró él, mientras la besaba lentamente, recorriendo su cuello húmedo, su hombro izquierdo, y bajando a su clavícula. —Ah. Mi amado Franklin… Te amo mucho… —susurró ella, su voz haciendo eco en la cueva—. Hazme tuya, aquí… así… ahora. Franklin la penetró con un movimiento fluido, como si el agua misma los guiara. Emily jadeó, aferrándose a sus hombros, mientras él se movía dentro de ella con un ritmo lento, y profundo. El eco de sus gemidos suaves llenaban la cueva. El agua templada los rodeaba, deslizándose entre sus cuerp





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