Luciana estuvo de acuerdo con Eilam, pues sabía muy bien el mal genio de su hija si la despertaban antes de tiempo, así que decidió quedarse con su amigo.

Además, tenía muchas cosas pendientes que hablar con él, especialmente sobre aquel negocio que habían iniciado cuando ella se fue a Inglaterra, ya que, desde su regreso al país, había dejado todo en manos de Eilam y su asistente.

Ella apenas se dedicaba a revisar superficialmente los informes que le enviaban, y como todo parecía ir bien, no les prestaba demasiada atención.

Sin embargo, Eilam deseaba que Luciana se involucrara más, dado que desde que había vuelto con Max, había dejado todo abandonado, y eso lo tenía de muy mal humor, pues ahora debía cargar con más trabajo del habitual.

Axel, por su parte, no quería dejar sola a su hermana y estaba convencido de que aquello podría traerle problemas innecesarios con su marido, así que dijo: —Entonces me quedo con ustedes, y así puedo ayudarlos un poco.

Pero Luciana no quiso, y de inme