Capítulo 17. Mi primer amor
Mientras Olivia estaba feliz por su matrimonio, Maximiliano, en cambio, se encontraba desolado en su oficina, contemplando un par de fotografías de Luciana.
Una de ellas la mostraba sonriendo con una alegría genuina, y la otra era del día de su boda. En esa imagen, la única que se veía realmente feliz era ella, mientras él aparecía serio, con el entrecejo ligeramente fruncido. Ya que, desde el principio, nunca quiso casarse con ella.
Ahora, al mirar esa foto, se golpeaba el pecho con pesar, recordando con culpa las palabras que le dijo aquel día: "No sonrías mucho, pues este matrimonio solo es una farsa… y nunca me enamoraré de ti".
Pensar en todas las veces que la evitó dolía más que nunca. Cuántas veces fingió viajes, inventó reuniones y se alejó, solo para no estar cerca de ella.
Mientras sus ojos se posaban nuevamente sobre las fotos, susurró con el corazón hecho trizas:
—Mi amor... perdóname. Pero no tengo otra opción que casarme con Olivia… por el bien del bebé que está esperand