Capítulo 108. Perro faldero
Luciana, al salir de la habitación de Alexia, vio a Matías recostado contra la pared, esperándola, se acercó de inmediato y le preguntó:
—¿Todo este tiempo estuviste aquí?
—Sí —respondió él, un poco impaciente, esperando que Luciana le contara cómo se encontraba Alexia. Aunque Matías insistía en que su preocupación era únicamente porque ella estaba esperando a su hijo, tanto Luciana como Olivia pensaban diferente.
Ya que Olivia, que, desde hacía rato, lo observaba a la distancia, viendo cómo Matías caminaba de un lado a otro, visiblemente inquieto por Alexia y verlo así, no le gustó en absoluto; pues sentía que poco a poco estaba perdiendo a Matías… y también a Mateo.
Por su parte, Matías no aguantó más y preguntó directamente por la salud de Alexia. A lo que Luciana le respondió que estaba bien, como ya le había dicho antes, y que su nerviosismo se debía al estrés propio del embarazo, y de inmediato, le sugirió que, si no le creía, entrara a comprobarlo por sí mismo.
Y así lo hizo él