El sábado llegó.

Como llevaba haciendo desde el miércoles, Joel despertó solo en la cama del hombre.

Podía oír el sonido del agua para después dejar de escucharla.

Sin esperarlo vio aparecer al moreno envuelto en su albornoz.

Éste le sonrió dulcemente:

-Buenos días- saludó Bale

-Bu-buenos días -

-¿Cómo te encuentras?- se interesó Bale.

Joel apartó la sábana y se miró la entrepierna.

No había nada.

Dominic se echó a reír

-No siempre te voy a poner el anillo-

-Como...dijiste que ibas a castigarme...-

-Y lo hice- sentándose a su lado, el hombre aclaró -Recibiste más de un latigazo...solo porque tú me lo rogabas-

-Como que no me acuerdo- se ruborizó Joel.

Asiéndole del rostro, Bale se lo atrajo hacia el suyo:

-Sigo pensando que tienes un sumiso oculto en lo más profundo de tu ser, pequeño- abriendo un poco la boca, siguió diciendo -Sabes que no busco hacerte daño, sino