Como nuevo, Joel bajaba las escaleras apresuradamente llegando al salón.
Allí, Bale, con el aspecto con el que Joel lo había conocido, le esperaba.
El joven caminó despacio parándose a una distancia prudencial entre él y el moreno.
Éste observó que Joel no se había secado bien el pelo pues lo tenía húmedo
-Llevas el pelo mojado- señaló
-No sé donde tiene el secador- alegó el chico.
-¿Y por qué no me lo has preguntado?-
-Tampoco importa-
Bale le indicó la mesa donde había un gran desayuno preparado
-Me gustaría que desayunaras-
-Er...no tengo hambre- rechazó el castaño su invitación -Además tengo que irme, no quiero seguir abusando de su hospitalidad señor Bale -
-No estás abusando- una sonrisa pícara asomó en el ro