Leonardo
Me encuentro frente a la casa de los padres de Camille y sintiéndome nervioso por primera vez en muchos años, toco a la puerta esperando que sea ella quien me reciba, no obstante, cuando una mujer mayor y bastante amable es la que me abre, una profunda decepción me invade, sin embargo, para gran sorpresa mía me permite pasar al instante.
Tomo asiento y, mientras espero que le avisen a Camille que he venido a verla, aparecen dos hombres jóvenes, pero al mismo tiempo un poco más grandes que Camille, por lo que supongo deben de ser sus hermanos y más por la forma en que me fruncen el ceño cuando reparan en mi presencia.
—Así que tú eres el nuevo novio de mi hermana —gruñe uno de ellos, mirándome tal como si fuese un insecto asqueroso.
—De una vez te advertimos que no dejaremos que suceda lo mismo que con el imbécil de Iker. Si te atreves a dañar a nuestra hermanita, la pagarás muy caro.
—¡André! ¡Pierre! Pueden dejar en paz a las visitas de su hermana —los reprende la voz de una