A la mañana siguiente se levantó a bañarse apresurado. El frasco de jabón se juntó con los otros dos que había dejado abandonados. Corrió con prisa, deslizándose en sus pies mojados. Se cambió listo para empezar la nueva tarea. Su padre le había terminado de informar el día anterior. Le dio la dirección, el resto de instrucciones y el problema a resolver. Estaba nervioso y emocionado. Sus pies se movían sin querer a una velocidad alocada.
Se saltó el desayuno y salió corriendo directamente a la calle. Tenía que dirigirse a la gran bodega del otro lado del parque. Caminó por muchos lugares, llegó a la fuente y cruzó el puente. Mirando de izquierda a derecha; mientras se ubicaba, se topó con don Marcelo caminando en su dirección. Teo se hizo a un lado. El viejo somataba el bastón al andar. Paró un momento y lo saludó con una sonrisa - Buen día.
-buen día - el viejo de inmediato siguió. Atrás de é