Su padre se quedó pensando por un tiempo corto, apoyó los codos en la mesa con las manos unidas topando a su boca. Luego, separó los labios, moviendo las manos para el frente - Déjalo en la fila, no le des privilegio a nadie.
-Está bien - asintió; al tiempo en que el señor al que le tocaba el turno caminó hacia la entrada.
Teo lo vio extender una mano hacia adentro y encorvarse un poco antes de decir - Pase adelante. Le cederé mi turno. Es el primero - Teo no lograba ver al hombre de afuera, ni puedo escuchar su voz cuando el señor volvió a insistir - No se preocupe, intercambiaré lugar con usted. Puedo esperar un poco más.
Teo no esperó más tiempo, así que entró. Se colocó a un lado de su padre; mientras escuchaba el disturbio del exterior. Luego, su padre elevó la voz - ¡siguiente! - fue una orden contundente utilizando un tono que nunca usaba con su hi