Abril disimuló su sorpresa de verlos llegar. Nunca pensó que la cita que Alejandro había mencionado que tenía se trataba de la estúpida de su amiga, Karina.

—Señor Alvarado, que gusto verlo por aquí. Su asistente había comentado que no vendría por asuntos personales—. Saludó el acompañante de Abril.

—¿Cómo podría faltar a un evento tan importante?— También saludó al hombre extendiendo la mano. —Señorita Abril, creo que a todos los presentes les ha mentido al decir que yo no estaría presente—. Le reprochó alzando las cejas.

—Señor, usted eso fue lo que me dijo cuando me ordenó que lo reemplazara—. Se defendió.

—¿Te atreves a retarme?

—No. señor, solo digo la verdad.

Abril estaba muy enojada con esa humillación. Quizá no le importaba tanto ver a la estúpida que se colgaba del brazo de su exnovio, pero que él la tratara de mentirosa delante de su acompañante fue una cosa horrible.

—Un error cualquiera lo comete, señor Alvarado. No es para tanto—. Habló el acompañante que estaba al lado d