Brany sentía cómo su rabia se resquebrajaba, dejando al descubierto un dolor más profundo y complicado.
—¿Y nuestra relación? ¿Fue solo un refugio? ¿Una fantasía de verano para el magnate cansado?
—¡No!—La palabra fue un golpe seco—. Fue lo único real que he tenido en esta vida de mentiras. Por eso duele tanto. Porque al final, incluso lo real tuvo que filtrarse a través del engaño. Te amé, Brany. Te amo. Como Andrey, como Sergey, como el ser miserable y fragmentado que soy. Con una intensidad que me aterra. Y por eso, cuando vi que mis problemas, mis guerras, empezaban a dirigirse hacia ti… cuando ese sueño en la dacha… —calló, tragando saliva—. Mi subconsciente tenía razón. Estabas en peligro. El peligro era el mundo que yo llevaba a cuestas. Así que te alejé con la única herramienta que sé usar: el control. La mentira calculada. Para que me odiaras lo suficiente como para irte y no mirar atrás.
Ella tenía lágrimas en los ojos, pero no de tristeza. Era una emoción más salvaje, una f