Malakai llegó al restaurante con el ceño fruncido, arrastrando los pies como si con cada paso hacia el lugar se le escapara un poco más de su dignidad, Magnus había sido claro en su orden, y aunque no estaba de acuerdo, no tenía más remedio que cumplir el pedido del Alpha.
Al cruzar la puerta de la cocina, se encontró con Nero y Terry, quienes ya estaban trabajando, organizando bolsas de compras y preparando todo para el servicio del mediodía.
— Ah, Malakai, por fin estás aquí. — dijo Nero con una sonrisa de satisfacción en el rostro, que irritó a Malakai al instante. — Magnus nos ha enviado a su mejor hombre para que nos ayude con el trabajo. — Terry soltó una carcajada, por solo ver el rostro furioso de Malakai, mientras se quitaba el sombrero.
— Sí, tal parece que ahora eres tú el que nos tiene que obedecer.
Malakai les lanzó una mirada cargada de advertencia, un gruñido bajo escapándose de sus labios, pero al final, solo asintió con la mandíbula apretada, si este par pensaba que é