Malakai:
Me alejé de la casa principal con pasos pesados, pero apresurados, sintiendo cómo mi pecho se oprimía con cada aliento, el día había pasado rápido y la noche estaba cayendo, pero apenas lo notaba; mi mente estaba atrapada en una tormenta de pensamientos que no podía calmar.
Las palabras de Natalie y Magnus resonaban en mi cabeza, una y otra vez, como un eco infinito y algo en mi interior me hacía saber que ella era mi compañera destinada, todo apuntaba a eso, desde la forma en la que me vio la primera vez hasta la conexión inexplicable que sentía cada vez que estábamos cerca, y la revelación de que estaba esperando un hijo… mío, ese bebé tambien era mío, ella me lo dijo… sentía que todo era demasiado.
El sendero hacia mi cabaña aún estaba iluminado por la luz agonizante del sol, pero mi vista estaba nublada por el torbellino de emociones que me invadían, generando el nerviosismo, propio de alguien que acaba de saber que su vida cambiara para siempre, la alegría de saber que a