Una tarde de verano, Natalie fue alertada que Malakai había salido temprano a dar el recorrido diario por los limites del rancho, pero ya era pasada le media tarde y el Alpha aun no regresaba y la manada solo podía sentir su energía concentrada en el extremo sur, algo que altero de sobre manera a la castaña, que sin perder tiempo, ni querer alterar a sus hijos, tomo uno de los caballos más rápidos y cabalgo con prisa hacia el lugar, recordando que en aquel sector había una pequeña cascada, y con el temor y la duda, que si fuese posible que su Alpha hubiese sufrido algun accidente.
En el trayecto, que se le hizo mucho mas largo que en lo que en realidad era, su corazón no dejo de galopar a la misma velocidad con la que lo hacia el caballo que montaba, aunque su mente trataba de tranquilizarla, recordándole que era muy poco probable que Malakai estuviera herido, tal vez todo se debía a que necesitaba un momento a solas, quizás, el ocuparse al completo del rancho que cada día era más gra