Con Tino fuera de acción, las operaciones de Eddie Markel en el territorio de Santori fueron desarticuladas. Sin embargo, siempre podían volver a articularse. Era misión de Mad el impedirlo.
Para ello tenía dos planes en mente, uno simple, eficiente y rápido al que él se refería como "sucio" y uno lento y elaborado, pero no menos eficaz que era el "limpio".
Mientras conducía a la dirección que K había averiguado para él, meditaba en cuál de los dos ejecutar. El "sucio" era más de su estilo, pero su estilo debía cambiar, era inevitable, la gente maduraba y los métodos se sofisticaban. Él quería ser un hombre sofisticado, la bestia de Abdali no podía durar para siempre. No mataría a Eddie Markel si podía evitarlo.
"Cuando esto acabe, nos tomaremos unas vacaciones en un resort de lujo, como la gente elegante", le había dicho a Amalia. "Usarás un vestido blanco, largo y sedoso y brindaremos en la cubierta de un yate".
Ella había reído, sin tomar muy en serio sus palabras.
En ese sentido