Con la fría dureza del muro a su espalda y el cálido torso de Kamus rozando su pecho, Úrsula se perdió por unos instantes. Un mojito se había tomado y se le había subido a la cabeza.
—Vamos a hablar —declaró él, con un fervor impropio para un hombre tan compuesto y recatado. También se le debían haber subido los mojitos.
¿Quién iba a hablar a un callejón oscuro, arrinconándola duro contra el muro?
—¿Por qué quiere hablar conmigo? Vaya con Parker, aproveche mientras está aquí.
Alfonso sonrió.
—¿Estás celosa de Parker? —preguntó con incredulidad y sorpresa.
—¿Por qué estaría celosa? Usted y yo no somos nada.
—Pues te comportas como si lo estuvieras, esa rabia que sientes no salió de la nada.
Para ser un genio él era bastante lento.
—Usted iba a besarme en el mirador, pero resulta que Parker es el amor de su vida. ¿Quería una distracción mientras ella volvía? Yo no voy a gustarle, no tengo los "atributos" que Parker tiene.
Quería zafarse de su agarre, pero él no aflojaba ni un centí