Capítulo 48 — Desconfianza y celos
El marqués inspiró profundamente antes de hablar.
— Se trata de la señorita Herbert… y de un hombre que frecuenta esta casa. Sir Sebastian Corner.
El conde lo miró con atención, sin mostrar sorpresa.
— Sí, ha venido un par de veces. ¿Lo conoce usted?
— Lo conocí anoche —respondió Arthur—. O mejor dicho, me buscó. Vino a mí para advertirme que pretende hacerle una propuesta a la señorita Virginia. Y me pareció… sospechoso.
El conde entrelazó las manos detrás de la espalda.
— ¿Sospechoso en qué sentido?
— No es un hombre de fortuna, ni de linaje conocido. Y sin embargo, habla como si ya tuviera asegurado el afecto de la dama. Creo que persigue más que su compañía.
Hubo un breve silencio.
El conde lo observó con una media sonrisa, adivinando el trasfondo de aquella preocupación.
— Marqués, ¿acaso hay algo más que quiera decirme sobre su interés en la señorita Herbert?
Arthur sostuvo su mirada con firmeza.
— Solo que merece a alguien que la valore de ver