Duke estaba tan nervioso que había insistido en subirse a la copa de un árbol para ver llegar a los otros y al final accedimos con tal de no seguir oyéndole.
Yo estaba acurrucada contra el pecho de Max, que no paraba de besarme y decirme lo preciosa que era.
Ayax me miraba con media sonrisa y mordiendo su labio inferior, pero a una distancia prudencial junto a Hades.—Eres demasiado.— susurró Max acercando su nariz a mi pelo para aspirar profundamente.
—¿Demasiado qué?— pregunté fingiendo ser ilusa.
—No sabría decirte lo que siento, pero lo que sea, es en cantidades desorbitadas.— simplemente sonreí y me dediqué a observar a Duke entre las hojas.
—¿Debería estar frotándome por aquí o algo para dejar mi olor?— hubiese sido bastante gracioso de ver, lo cual no estaba de más en una situació