—¿Eres feliz?— me pregunta mi ahora prometido mientras bailamos después de su hermosa propuesta y el posterior espectáculo que los chicos nos dieron a medianoche.
—Inmensamente feliz e impresionada, me dejaste sin habla con tu interpretación.
—Eso me hace feliz a mí. No sabes cómo me costó pensar en qué hacer para declararme, hasta había ideado una búsqueda del tesoro, pero por el tipo de fiesta y porque se parecía mucho a lo que me contaste que hizo tu padre desistí.
—Pero ¿cómo supiste lo de Elvis? no a todo el mundo le gusta ese tipo de música.
—Elvis es un clásico y cuando vi los discos en tu habitación me dije y ¿por qué no?
—Y ahí intervinieron los demás.
—Cameron, fue mi primera víctima y luego se unieron Alma, Melanie y Clara. Somerson te mantuvo entretenida, pues realmente no sabía nada. Ya lo he aprendido a conocer en este poco tiempo y sé que no es capaz de guardarse nada.
—Los amo—digo sonriendo de oreja a oreja, después les agradeceré por todo lo que ayudaron a mi señor p