—Por supuesto, es una excelente idea, suegro. Déjeme conversarlo con mis papás y coordinamos.
¿Cómo podía ser tan, pero tan, pero tan mentirosa esta niña?
Ya nos había salvado de pasar otro día con mi familia y ella les abría la puerta, la ventana y hacía una fiesta, todo para seguir metiendo más leña al fuego.
—Eso es fantástico. Sería maravilloso pasar con ustedes el año nuevo, por ejemplo.
—¿Eh?
Miro a mi adorada novia falsa y con mi cara de pocos amigos le trato de decir “te lo dije”, pero ella ni se inmuta y sonríe como el gato que se comió la crema, esto definitivamente iba camino a un desastre de proporciones catastróficas.
Cuando terminamos de desayunar, mi padre y Jacqueline se fueron a la empresa y nosotros a buscar las pocas cosas que trajimos. Este era mi momento de ordenar las cosas.
—Hanny, sabes que debemos hablar.
—Pero aquí no, señor— ¿perdón? ¿habíamos vuelto a nuestros verdaderos papeles? ¿O le encantaba picarme porque sabe que no me gusta que me diga así?
—¿ Qué te