Salvador las miró sorprendido
- ¡¿Ge… General?! – gritaron al mismo tiempo
- Oh, lo siento… Escuché ruido y me preocupé, pensé que era un... intruso
- ¡Tú eres el intruso! – soltaron las dos, de nuevo coordinadas
Hablando de intrusos, el único fuera de lugar era él, pero parecía el más sorprendido
- Te llamé – se explicó, mirando a Nina – pero no contestabas y me preocupé
Nina estaba incluso aturdida... aún procesaba la imagen del General Domoniccie en su departamento
- Lo siento – se disculpó ella, que de estar en sus cabales, jamás se habría disculpado por algo así – Es que no suelo estar al pendiente de mi teléfono y no me di cuenta de que me quedé sin batería
- Quería verte
La mandíbula de Nina colgó... igual que la de Daniela
- Debí buscar la manera de avisarte que vendría – reflexionó Salvador – pero no quería molestarte en tu trabajo y pensé que esperarte aquí era más apropiado
- ¿Por qué? - Nina se cruzó de brazos
- ¿Por qué, qué? - Salvador enderezó los hombros por reflejo
Mi