- Charles, tenemos que irnos. - dije levantándome.
- ¿No podemos quedarnos un poco más? Me miró, todavía en el suelo con nuestra hija.
- No queremos despertar sospechas, ¿verdad?
- ¿No? Ya ni siquiera sé... Solo pensar en tener que fingir que ustedes dos no lo son todo para mí me enoja.
- ¡Carlos, por Dios! - Casi grito.
Inmediatamente se tapó la boca con la mano y miró a Melody:
- Cabreado significa... Alérgico al agua de mar.
Ella comenzó a reír, sacudiendo la cabeza juguetonamente:
- No significa que...
- Caramba, hija mía, ¿a qué te refieres entonces?
- Creo que deberías buscarlo en Google.
- ¿Oigan, ustedes dos? – ambos me miraron – Este no es el momento para discutir esto.
- Pero ella me dijo que lo googleara – argumentó – Eso no es normal… Solo tiene cinco años… Dije “cinco”. Creo que exigiré ver el certificado de nacimiento.
- Creo que realmente deberías exigirlo. Porque ella necesita un cierto apellido después de Rockefeller. - Yo hablé.
- En lo que insisto, mi amor... Todo e