Llevé a las niñas a la casa de mi madre, que estaba al lado de la nuestra, y luego conduje hasta el Cáliz Efervescente. La inauguración fue a las 10 de la noche y ya llegué tarde. No entiendo por qué mi madre hacía mil preguntas sobre sus nietas aunque sabía todo sobre ellas.
A mitad de camino, Charles llamó:
- Mi amor, necesito un favor.
- Ya llego tarde.
- No habrá apertura antes de su llegada. ¿Sabes esto, verdad?
- Pero yo quería ayudar.
- Gui y yo nos encargamos de todo. No se preocupe.
- ¿Qué necesitas?
zapato rosa rosa .
- ¿Qué? - Casi grito.
Él se rió:
- Eso mismo. Estoy pensando en poner algo nuestro en la decoración, para que cuando miremos sepamos que estamos ahí.
- ¿Y tiene que ser el zapato? ¿No puede ser otra cosa?
- No... Asegúrate de usar zapatos.
- ¿Y no pudiste haber hablado ayer?
- Oh, vamos, Sabrina. Es solo un zapato.
- Nadie quiere ver un zapato rosa en un bar de rock.
- Yo voy.
Rodé los ojos, suspirando.
- Eres aburrido.
- Un aburrido que te quiere.
- Yo tengo u