CAPÍTULO 17
ROMINA
Desde hace dos malditos años que llegué con mis tíos y mi primita que tanto desprecio ha sido un infierno no los soporto. Odio mi trabajo, mis manos están picoteadas por culpa del maldito camarón, y si fuera poco tengo que ayudar con quehacer de esta casa, odio mi vida, yo nací para que me atiendan, no para ser la criada de nadie.
Me encuentro lavando los trastes de la cena, me da asco hacer esto, no lo soporto, odio esta vida, ¡La odio!
Escucho que tocan el timbre, pero lo ignoro, no pienso abrir, no soy la única que está en la casa, subo a todo volumen a la música y continuó trapeando la sala.
—¿Qué no escuchas que están tocando? —Me grita Aimé. La miro con coraje.
—No soy la única que está en la casa, tú también puedes abrir, no soy su criada —Le grito enfurecida.
Aimé abre la puerta y veo que es su noviecito, rodeo los ojos irritada, no soporto verlos tan felices.
—Ya casi llegan los amigos —Le comunica él.
—Sí, acabo de ver el grupo de W******p —Aimé se tropieza