CAPÍTULO 37
DANIELA CASARES
La muerte de Romina fue horrible. La noticia corrió por todas las redes sociales: se dijo que la había asesinado un narcotraficante, dejando una nota que decía “la traición se paga con muerte”.
Ni modo, ella misma se lo buscó. Tal vez esté mal sentir alivio por lo que pasó, pero gracias a eso Iker ya no corre peligro.
Entro al hospital. Todavía no ha llegado nadie y me dirijo directo a su habitación. Gracias a Dios, ayer en la tarde lo sacaron de terapia intensiva.
Al llegar, veo a Lili preparando las cosas para darle un baño.
—Yo lo bañaré —le digo con una sonrisa suave, quitándole la esponja de las manos.
Ella ríe y se retira.
—No iba a dejar que otra te tocara, eso me corresponde a mí —susurro divertida, mirándolo.
Acaricio su mejilla. Deseo con todo el alma que despierte, escuchar otra vez su voz.
—Vamos a bañarte, hueles muy feo, iu —río bajito.
Paso la esponja despacio por su pecho y bajo hasta su abdomen. Cuando llego a su mano izquierda siento que me