Capítulo 92: Reina.
Rubén sonreía.
No una sonrisa amplia ni orgullosa… sino esa sonrisa ladeada, cansada, que aparece en un hombre que ha perdido demasiado y aun así intenta parecer entero. La sonrisa de un padre que observa a la hija que ya no puede reclamar, pero tampoco puede dejar de mirar.
—Tienes el carácter de tu madre —murmuró—. Tan fuerte. Tan audaz. Tan valiente.
Elena sintió cómo el aire se detenía en medio de sus pulmones. Fue un sobresalto silencioso, tan intenso que Alexander, a un metro de distancia, giró la cabeza para observarla. Ella apenas reaccionó. Esa frase… ese nombre tácito… ese pasado que siempre fue una sombra… le cayó como un golpe seco entre las costillas.
—No la conocí —susurró Elena, aun cuando en su interior sabía que lo que realmente quería decir era no recuerdo nada, pero la he buscado toda mi vida.
Rubén asintió mientras estudiaba cada centímetro de su rostro. Había algo dolido, casi roto, en la forma en que la miraba. Como si se obligara a memorizarla antes de que el de