Capítulo 11: No puedo perderlo.
Ella se giró. Lo miró. Sus ojos no mostraban odio, ni siquiera rencor. Solo cansancio.
— Alexander.
Camila al ver la interaccion entre ellos, odió más a su hermana, pero no podía perder esta oportunidad de ser la víctima.
— ¡Ale! — exclamó con lágrimas en los ojos —. Que bueno que estás aquí. ¿Viste lo que me hizo? No entiendo por qué ella es así conmigo.
Sus lágrimas se escurrían por sus mejillas, como si no hubiera hecho absolutamente nada. Elena por su parte, se enderezó y se apartó de los brazos de su ex esposo. La corriente que sintió fue demasiado intensa, como la primera vez que lo vio, como la primera vez que lo tocó, y como la primera que lo besó.
— Creo que deberían retirarse de aquí — dice en un tono de voz bajo.
— ¿Tú quien mierda te crees para sacarme de aquí? — cuestiona Camila, con un tono de voz.
— Pues, si eres tú la que estará aquí con los profesionales, no veo sentido que te quedes.
— Eres una…
— ¡Vete! — ordenó Alexander.
Elena se tensó al oír ese tono de voz.
— Sí