-Thomas y Dana-
-¡Deja de dar vueltas en la casa como león enjaulado. Me vas a marear a bebé que llevo dentro! - me grita la loca descendiente de los pitufos mientras teje unos botines para Mateo. Sí, así se llamará mi sobrino.
-Ay señora Alma, no me lo moleste que está preocupado por su gatita huraña.-si, ya saben quien es la que está hablando, no necesita presentación. Menos ahora que se vino a vivir acá para que la protejamos de inmigración.
-Ya bájenle las dos, pero tienen razón, estoy preocupado por Dana.
-¿La llamaste hoy?
-Cuatro veces y ninguna me ha contestado ¿Será que se arrepintió?
-Te lo dije Dani, dame esos diez dólares.
-Se los puedo quedar debiendo, mire que dejé todo tirado en la casa de acogida.
-Tranquila muñeca, los anotaré en mi cuenta, ya son cien los que me debes.
-¿Han estado apostando con mi desgracia?
Ambas se encogieron de hombros y siguieron con sus labores, para luego soltar sonoras carcajadas.
-Ay jefecito lindo, es que usted es demasiado, mmm