-Dana-
Otra semana más que se acababa y seguía postergando lo impostergable. Estábamos a viernes, pero lo sucedido con el señor Enrico nos tenía a todos aún sumidos en una profunda pena, sobre todo lo veía en los ojos de Thomas, aunque él no lo dijera se veía mal.
La oficina de los Scott había dado dos días de luto a sus trabajadores, pero los abogados no podían faltar a sus audiencias, así que tanto Thomas como sus padres hoy ya han salido a tribunales.
Hoy era el día, uno que no quería posponer, sobre todo porque quería saber más allá de lo que había pasado con él. Ayer la llamé y me prometió un espacio, así que ahora me estaba vistiendo para conocerla a ella.
-¿Estás segura mi sombrita de querer hacerlo?
-Por supuesto, es justo y necesario-una sonora carcajada de mi amiga me hace verla feo.
-"Justo y necesario", el credo no te lo leíste ni en pelea de perros y yo sí, aunque no sea católica.
-Ay loca, era una simple frase que creo venía al tema.
-Ella es bastante cruel y despiadada.